Ayer fui a donar sangre.
De vez en cuando voy, no es algo que requiera esfuerzo y mi
sangre puede servirle a alguien, que siempre es algo bonito de hacer.
Hacia unas semanas que había estado pensando sobre ser,
también, donante de médula.
Casualmente, personas muy allegadas a mi, me recordaron el
otro día el tema, así que, cuando fui al banco de sangre (no diré de qué hospital), aproveché para
comentarles que también quería ser donante de médula, que por favor me
ayudaran.
La respuesta de la simpática enfermera que me atendió fue la
siguiente (no es ironía, las enfermeras realmente eran un encanto).
No hay
presupuesto, sólo quieren donantes hombres menores de 35 años que son los menos
problemáticos de comprobar y utilizar.
Mi cara fue un poema, por lo que acto seguido la enfermera
siguió dándome explicaciones.
Parece ser que su obligación era insinuarnos a los que no
entramos en ese grupo, que no servimos para ser donantes. Las mujeres sufrimos
“revoluciones” hormonales por embarazos y demás por lo que somos menos
“manejables” en ese sentido.
Me ofrecí a ir a la Fundación Josep Carreras para hacerme las pruebas.
Me dijo que no servía de nada, ya que la fundación me
mandaría a un hospital ya que la prueba seguía pagándola el estado.
Me comentó también que, si insistía, ella podía enviarlo
pero que mi muestra de sangre quedaría ahí muerta encima de algún mostrador,
dentro de una nevera o en la basura sin que nadie la mirara.
Acto seguido dijo: “este país es patético”.
¿Qué tal se os queda el cuerpo?
Bien. Como a mi.
Comenté a modo de broma que, quizá, entonces, debería
dirigirme de nuevo al hospital para ser donante en enero del año siguiente, a
ver si así había suficiente presupuesto del año 2014 para poder aceptar mi
solicitud. Se rió irónicamente y me dijo que podía hacerlo, si.
¿En qué punto estamos en España? ¿No hay presupuesto para
hacer pruebas de sangre para que entres en un banco de donantes de médula? ¿Eso
es algo normal? ¿Es humano?
Señores, quizá está llegando el momento de ir e incendiar
cosas.
Desde aquí le pido perdón a aquella persona a la que, quizá,
mi médula pudiera servirle para seguir viviendo.
Lo siento, siento estar en un país así, lo lamento de veras…
La página de la fundación por si alguien está interesado en informarse. Y recordemos que cualquier persona puede ser donante de médula entre los 18 y los 55 años.
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