A lo largo de toda nuestra vida, hemos de reconocer que
soltamos, unos más que otros, muchos tipos de mentiras. Todo depende de la
situación en la que estemos, el lugar, y quien sea nuestro interlocutor o
interlocutores.
Muchas de estas mentiras, son emitidas sin apenas pensarlas,
otras las decimos y casi llegamos a creérnoslas porque, seguramente, es algo
que nos gustaría que fuera real. Otras esconden nuestros secretos más oscuros,
van muy unidas a las anteriores.
Luego están las educadas, las burocráticas, las que te
salvan de algún lío, las que no se manifiestan, es decir, las mentiras por
omisión o mentiras por confirmación del otro, las bonitas, las que van a matar…
En fin, que tenemos un montón de posibilidades donde escoger como, cuando,
donde y a quién.