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domingo, 10 de noviembre de 2013

EL SALÓN DEL MANGA BARCELONA 2013

Tengo la gran suerte de vivir en Barcelona. Y tengo la gran suerte de que el Salón del Manga que se celebra cada año es, cada vez, mucho más grande y famoso.

El sábado pasado, volví a tener suerte. Pude acudir.




Sabíamos a lo que íbamos, a pasar horas de cola pero, también sabíamos, que obtendríamos una buena recompensa a cambio… el mundo asiático que tanto me fascina.

No soy apenas consumidora de manga, si soy bastante consumidora de anime a temporadas, tengo mis series favoritas por supuesto, y adoro todo lo que rodea este mundillo: los disfraces, el entusiasmo de la gente, el mundo coreano (Kpop, doramas, programas televisivos, actores, actrices…), las buenas coreografías que inundan el mundo de la música asiática (Corea, Japón, Taiwan…), la comida japonesa y algo de la coreana…su filosofía y su mundo....

Qué más decir, estaba en mi salsa.

Cuatro horas de cola distaban de la entrada al Salón, poco sabía yo del aguante que tenemos las personas por las cosas que nos gustan, pero ahí estaba yo, a pleno sol a las doce del mediodía, de pie, con sed, con hambre…eso sí, disfruté como una niña viendo como pasaban los disfraces por mi lado, algo que también me encanta, disfrazarme.

La gente frustrada por la mala organización en cuanto al tema del aforo y las colas. Dos horas parados sin avanzar por esa mala organización. Los únicos pequeños pasos que íbamos dando cada diez minutos, era de la gente que pedía la devolución de su entrada y se iba a casa con la esperanza de volver al día siguiente más temprano y poder entrar.

Aún así, la gente que nos quedábamos allí sonreíamos constantemente al vivir un ambiente tan feliz, sano y acogedor. Ni un solo altercado, ni una sola discusión, todo risas y buen rollo.

Me encantó.

Aquí unas pocas fotos del avance:







A una hora de entrar, ya desmayados de hambre, hicimos lo que era propio en un lugar así, uno guardó la cola mientras otro iba a por comida y qué mejor que un buen Yakisoba caliente y excelentemente preparado para meterte aún más en ese mundo: " Itadakimasu !!!!!!"

Por fin, las puertas se abrieron de par en par y pudimos entrar ágilmente.

Al entrar, lo primero que ves es un gran espacio abierto con una cafetería y un escenario donde una chica cantaba. Buena voz, pero una canción que no me pegaba mucho con el ambiente.
Lo dejé pasar y entramos, haciendo otra cola (eso fue ya de risa) al Salón mismo.

Puestos llenos de muñecos, peluches, colecciones de manga, dibujos, posters, pinturas, llaveros, pegatinas, chapas, collares, bolsos, mochilas, fotos con nuestros ídolos de todo tipo, ropa, gorros de anime, manga y juegos, muñecos y muñequitos desde los más tontos hasta de colección, firma de mangakas españoles…..había tanto por ver y tanto entusiasmo que al principio fuimos sin orden ni concierto.
Finalmente nos organizamos y empezamos a ir pasillo por pasillo para no perdernos nada.

El centro de la sala, lleno a reventar de pantallas, donde la gente jugaba a juegos unos contra otros, karaoke a servir y para los niños tantas cosas que perdías la cuenta.

Para los padres frikis, una guardería de La Abeja Maya donde apalancar a los más peques y poder disfrutar a pleno pulmón.

En un extremo, se abría una sala con exposición sobre historia, vida y milagros de los mangakas españoles. Allí se hacían charlas de expertos y los mismos mangakas de nuestra tierra contestando preguntas directamente de un público entusiasmado por saber.

En el otro extremo otra sala se abría. Allí estaban todos los puestos de comida japonesa. 
Desde la típica que puedes encontrar en un restaurante, incluidos ramen y demás parafernalia, hasta los helados o bolas de arroz que has visto comer tantas veces en series como Ranma.

Allí habían mesas y sillas y espacios libres donde la gente se sentaba a descansar y comer algo. En esa misma sala, chefs reconocidos de cocina japonesa (coincidí con el dueño del restaurante japonés "Dos palillos" con nosecuantas estrellas michelín) enseñaban y daban sus consejos para cocinar comida japonesa. Todo un lujo. Con cámaras enfocando los platos que emitían imágenes en los monitores, para los que no podíamos ni acercarnos a verlo.

Después de comerme un par de bolas de arroz con alga de salmón y atún (dios, que bueno estaba). Dimos otra vuelta. Esta vez, por la segunda sala llena de puestos aún más llenos.

Aquí, además, podías encontrar talleres que enseñaban a coserte gorros de lana o punto, a atarte un kimono, a dibujar….Exposiciones sobre cómics y mangas…Un museo entero para One Piece con personajes disfrazados en él.

Yo no daba a basto.

Finalmente acabé con un sombrero puesto del Teemo, del juego League of Legens, y la Tardis del Dr. Who con lucecita y ruidito de teletransporte incluida.

Como guinda del pastel, llegó la hora del concierto.

Programado para las seis y media de la tarde la cantante Aiko Nakano, que canta la intro y el end de Bailando con Vampiros.

Aparte de estas dos canciones, cantó otras tres. Una preciosa y potente voz, y buena música, incluidas las compuestas por ella misma. Disfruté mucho y la chica animaba al personal para participar y aplaudir.

Allí mismo, en la sala donde se hacían los conciertos, pude ver unos minutos de sumo, también televisado porque no había quien metiera la cabeza.

Otros puestos para aprender a dibujar y, casi en medio de todo ello, la posibilidad de entrar y ser bateador con una máquina manipulada por dos japoneses vestidos de jugadores que sonreían al bateador y le enseñaban la bola antes de meterla en la máquina. 

Me fui de allí con buen sabor de boca y la promesa de volver al año siguiente. 

Pero la próxima vez llegaré a primera hora de la mañana y con bocadillos en la mochila.

A continuación, pondré las pocas fotos que pude hacer de gente disfrazada. Tuve serios problemas con las baterías tanto del móvil como de la cámara de fotos.

Ante todo, disculpas por la mala calidad pero mi cerebro chorreaba entusiasmo y cansancio por igual.

























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